The New Gate


Capítulo 12: The New Gate Capítulo 33 (parte 5).



Fecha de Publicación: 2018-02-04 00:59:38

Fecha de Actualización: 2018-02-04 00:59:38

Publicado por: drakaurs


Kuchinashi: “Parece que ha sido difícil, en más de un sentido.”

Shin: “Sí, bueno, definitivamente fue difícil.”



El grupo de Shin logró salir de la mazmorra sin casi ningún encuentro con monstruos y regresó a la casa del gremio de [Black Priestess Shrine].



Al enterarse del regreso de Kotone, muchas sacerdotisas se reunieron en la casa del gremio.



El grupo de Shin, por otro lado, estaba en la habitación del maestro del gremio, informando en detalle lo que había sucedido en el calabozo.



Shin: “Parece que Kotone logró mantener su conciencia gracias a Onimaru. En el lado físico tampoco ocurrieron incidentes anormales como partes del cuerpo mutadas o faltantes.”

Kuchinashi: “También la revise aquí, por si las dudas. Estaba preocupada porque estuvo presa durante 5 años, pero afortunadamente el médico dijo que no le pasa nada.”



Había muchos métodos de curación en el mundo, pero las artes como [Heal] o [Cure] o Pociones no estaban presentes en todas partes. Los miembros de [Black Priestess Shrine] también poseían técnicas médicas que no dependían de tales métodos.



Suzune había acompañado a Kotone a tomar sus exámenes, por lo que tampoco estaba en la habitación.



Shin: “Bueno, me gustaría que me digas la razón para no disipar la restricción de Onimaru”.



Después de que el informe sobre Kotone terminó, Shin le hizo esta pregunta a Mitsuyo.



En la mazmorra, la purificación se había completado y Shin pensó que Onimaru Kunitsuna estaría bien ahora; sin embargo, por alguna razón, Mitsuyo dijo que esperara antes de liberar la restricción, y la Katana todavía estaba retenida.



Mitsuyo. “Creo que no se puede evitar. Si es posible, en realidad me hubiera gustado regresar sin liberarla.”

Shin: “No, si hay algún problema, no voy a forzarte, sabes.”

Mitsuyo: “No quiero decir que tú o los demás hayan hecho algo malo. Como ambas somos Espadas Supremas, podemos comunicarnos a través de nuestra conciencia, y ya he verificado la condición de Kunitsuna.”

Shin: “Entonces, ¿qué te detiene?”

Mitsuyo: “... Dejaré que Kunitsuna responda a eso.”



Mitsuyo no quería responder ella misma al parecer, así que la entregó a Shin, todavía afectada por [Elemental Bind].



No había nada peligroso detrás de eso, o eso dijo Mitsuyo.



Shin: “... bueno, voy a eliminar la restricción entonces.”



El comportamiento de Mitsuyo le dio a Shin un mal presentimiento al respecto, pero no había ninguna razón para mantener la Katana atada.



Una vez liberado, Onimaru brilló y asumió su forma humana. Era de tipo femenino, como Munechika y Mitsuyo.



Su apariencia era de unos 20 años. Sus ojos seguían cerrados, por lo que no podían decir de qué color eran, pero su cabello largo hasta los hombros tenía un hermoso brillo negro que no perdía con el de Munechika.



Onimaru era lo que uno llamaría una belleza tradicional japonesa. Dentro de su pelo negro, dos de sus flequillos, uno a la izquierda y el otro a la derecha de su cara, eran de un rojo brillante. Mirándolos, Shin se imaginó los cuernos de un Oni.



Llevaba un Hakama, pero sus hombros y torso también estaban protegidos por partes de armadura, formando una combinación bastante inusual. [Onimaru Kunitsuna] estaba firmemente equipada en su cintura.



Una vez abrió los ojos, pupilas rojas -diferentes de cualquier otra Espada Suprema- miraron directamente a Shin.



Kunitsuna: “Es un placer conocerlos. Soy una de las Cinco Espadas Supremas, Onimaru Kunitsuna. Permítanme ofrecerles mi gratitud por todo lo que han hecho por mí.”



Kunitsuna entonces cortésmente inclinó la cabeza.



Shin estaba preparado para que ocurriera cualquier cosa, así que se sintió un poco desorientado.



Kunitsuna: “También me gustaría preguntar algo. ¿Quién cruzo espadas con la dama Kotone entre ustedes? Aparte de Mitsuyo.”

Shin: “Ése sería yo.”

Kunitsuna: “¡Aah! ¡Así que realmente fue usted, señor!”



Shin respondió, y Kunitsuna se acercó a él, con una sonrisa en los labios. Mitsuyo se había puesto entre ellos, pero Kunitsuna la esquivó al instante. Shin se sorprendió por la agilidad de sus movimientos, pero luego Kunitsuna tomó sus manos entre las suyas, las colocó sobre su pecho y dijo algo que no podía haber predicho.



Kunitsuna: “Te lo ruego, ¡por favor, conviértete en mi maestro!”

Shin: “… ¿qué?”



Shin necesitó unos segundos antes de poder comprender el significado de la solicitud de Kunitsuna.



Mitsuyo: “¡Suficiente!”

Kunitsuna: “¡Ay!”



Mientras Shin y los demás estaban congelados en su lugar por las palabras de Kunitsuna, Mitsuyo -que los había estado esperado- le dio un ligero golpe en la cabeza. Cuando el agarre de Kunitsuna en las manos de Shin se debilitó, aprovechó la oportunidad para alejarse de ella.



Shin: “Mitsuyo, por favor explica lo que está pasando.”

Mitsuyo: “Es exactamente lo que escuchaste. Básicamente ella quiere que te conviertas en... el portador de Onimaru Kunitsuna.”



Shin le pidió a Mitsuyo, no a Kunitsuna, una explicación, y Mitsuyo hizo con un suspiro.



Cuando escuchó su respuesta, Shin finalmente entendió por qué Mitsuyo no quería quitar la restricción de Kunitsuna.



Kunitsuna: “Nadie ha sido tan rudo conmigo antes...”

Mitsuyo: “¡¿¡Qué estás diciendo ahora!?!”



Sin tener en cuenta la reprimenda de Mitsuyo, Kunitsuna miró directamente a Shin. Para Shin, sus ojos parecían estar casi brillantes.



Filma: “Bueno, es una chica interesante si tuviera que decirlo”.

Shibaid: “En efecto. Sin embargo, si su cuerpo es un arma, buscar al portador más capaz no es algo raro.”

Shin: “Ustedes dos, no hablen como si esto no les concerniera. Si estamos hablando de portadores, ustedes dos son candidatos perfectamente buenos también.”



Shin se burló y respondió a la honestamente impresionada Filma y a Shibaid. En cuanto a la capacidad, todos los personajes de apoyo de Shin, incluida Schnee, poseían más que suficiente para calificar.



Por cierto, Schnee estaba susurrando “no hay forma de que Shin acepte”.



Shin: “Señorita Kunitsuna, lo siento mucho, pero he decidido que mi arma es y será [Shingetsu]. Por lo tanto, no puedo ser tu portador.”

Kunitsuna: “Es eso así. Eso es una pe—”

Mitsuyo: “Bien, las tonterías de Kunitsuna han terminado, así que continuemos con la discusión.”



Mitsuyo interrumpió a la decepcionada Kunitsuna e instó al grupo a reanudar sus conversaciones. Fue un tratamiento bastante rudo, pero probablemente como se habían comunicado anteriormente, este resultado había sido predicho.



Kunitsuna: “Eres cruel, Mitsuyo”.

Mitsuyo: “Te dije que esto iba a suceder. Entonces, ¿qué vamos a hacer ahora?

Shin: “Bueno, hmm. Bueno, hicimos todo lo que teníamos que hacer.”



Shin continuó diciendo que podían regresar directamente a Fuji, pero Kuchinashi lo detuvo.



Kuchinashi: “De ser así, ¿no se unirían a nuestras celebraciones?”

Shin: “¿Celebraciones?”

Kuchinashi: “Hubo bajas entre nosotros, pero Onimaru finalmente fue recuperada de la mazmorra y Kotone regresó sana y salva. Además, nuestra mayor preocupación, el miasma, ha desaparecido. Tuvimos que pedir prestada su fuerza, pero es un gran resultado para nosotras. No lo demostraban, pero desde que el grupo de Kotone falló en su misión, el estado de ánimo era bastante oscuro, o más bien inútil, diría yo. Entonces, para borrarlo por completo, pensé en organizar una celebración.”



Si los valientes guerreros que habían ayudado a este éxito estaban ausentes de la celebración, el ambiente festivo se vería empañado en parte. Kuchinashi solicitó la presencia del grupo de Shin en las celebraciones.



Shin: “Personalmente, me gustaría evitar que mi nombre y mi rostro se hagan más conocidos.”

Kuchinashi: “Escuché lo que pasó en Balmel. Para ser brutalmente honesta, dudo que haya algún significado en ocultarlo ahora. Por el contrario, si supieran que ‘ese famoso’ Shin lo había hecho, todas simplemente asentirían y lo aceptarían.”

Shin: “¿Realmente se extendió tanto? Tratando de evitar todos los problemas posibles, no he visitado el gremio de aventureros una sola vez después de dejar Balmel.”



La argumentación de Kuchinashi sobre que era demasiado tarde también era razonable.



Por otro lado, andar derrotando a pequeños monstruos y limpiar mazmorras infestadas de miasma era muy diferente. Shin sabía que era imposible evitar que la gente hablara, pero aún deseaba hacer un esfuerzo por no sobresalir.



Kuchinashi: “La mitad es verdad, la mitad son rumores exagerados, sin embargo. Pero incluso los rumores exagerados mencionan cosas que podrías hacer fácilmente Shin. Después de todo, la gente con la capacidad adecuada podría rastrearlo de inmediato de todos modos.”

Shin: “No puedo hacer nada al respecto, supongo. Varias personas nos vieron ir al norte, por lo que si reúnen información fácilmente comenzarían a pensar que somos sospechosos.”



Sus movimientos no habían sido perfectamente ocultados de ninguna manera, por lo que Shin decidió aceptar la situación, ya que tarde o temprano lo descubrirían de todos modos.



Shin: “Entiendo. No escondas nada y di abiertamente que yo lo hice entonces. Probablemente estaremos involucrados en todo tipo de cosas a partir de ahora también, así que es solo cuestión de tiempo.”

Kuchinashi: “Está bien, entonces estarás en el centro Shin”.



Será inevitable que los miembros del grupo reciban atención también, pero Kuchinashi prometió asegurarse de que la información se difundiría con Shin en su centro.



Kuchinashi: “Entonces, sobre nuestro agradecimiento, me refiero a la recompensa...”

Shin: “¿Recompensa? Nunca hablamos de eso, ¿verdad? Vinimos por nuestra propia voluntad, y también nos permitieron ingresar al territorio normalmente inaccesible territorio de [Black Priestess Shrine].”



El grupo de Shin deseaba recuperar a Onimaru. Kuchinashi y sus seguidores deseaban salvar a Kotone.



El método para lograr sus objetivos era el mismo, por lo que cooperaron.



Shin y Kuchinashi tenían una relación amistosa, así que era solo una cuestión de formalidad, pero dado que su acuerdo había sido así, Shin estaba desconcertado.



Kuchinashi: “Eso no funcionará, sin embargo. Has salvado a una de nuestras preciadas camaradas, dejarte ir sin ninguna recompensa... sería deshonroso. Hay quienes saben que intentamos y fallamos en completar el calabozo. Necesitamos al menos una ‘garantía’ para mostrar que pagamos adecuadamente por su trabajo. Algo que ambos acordamos, basado en un contrato formal. Por supuesto, mantendré el hecho de que nos conocemos el uno al otro.”

Shin: “Si esa información se extiende también, algunas personas podrían venir aquí, esperando aprovecharse y utilizarte para llegar a mí.”



[Black Priestess Shrine] no gobernaba su territorio solo con su fuerza; se les había conferido autoridad a través de un pacto con la casa Kujou. Aun así, todavía tenían fricciones con los territorios vecinos y no podían ignorar las relaciones diplomáticas con ellos, suspiró Kuchinashi.



La gracia salvadora era que, como el papel de [Black Priestess Shrine] no podía ser desempeñado por nadie más, normalmente sus vecinos no los molestaban.

Era la carga debido a ser el anfitrión de muchas sacerdotisas, como insinuó Kuchinashi.



Shin: “Bueno, para la recompensa, solo algo formal está bien. Pero no nos usen para su diplomacia.”

Kuchinashi: “Yo sé eso. No soy una persona tan ingrata.”



Después, hablaron sobre la recompensa formal y el alojamiento del grupo, luego el grupo de Shin abandonó la habitación.



Kuchinashi aparentemente estaba segura de que no fallarían en la misión; Unas horas antes del banquete, Shin supo que había preparado dos recompensas: una en caso de que Kotone hubiera sido salvada y otra en caso de que solo hubiera sido posible la purificación de la mazmorra.







Las agitadas preparaciones continuaron; siendo los invitados principales, Shin y Shibaid se vieron obligados a usar un elegante kimono, para su gran descontento. Entonces, aparecieron sus compañeras femeninas.



Shin: “Oooh... como era de esperar, las ropas de sacerdotisa se ven bien con el pelo negro.”



Vestían túnicas tradicionales de sacerdotisa blancas y rojas, diferentes de los uniformes típicos de [Black Priestess Shrine]. La primera en aparecer vestida con este atuendo fue Tiera.



Sus ojos dorados y los mechones plateados en su pelo eran elementos inusuales teniendo en cuenta el atuendo, pero su largo cabello negro se ajustaba perfectamente a las ropas de sacerdotisa.



Sus mejillas sonrojadas, tal vez por la vergüenza de ser el centro de atención, añadieron aún más encanto al conjunto, al menos según Shin.



Tiera: “No mires demasiado.”

Shin: “No quise hacerlo. Pero te queda muy bien, no puedes culparme por mirar un poco, ¿no?”

Tiera: “Bueno, está bien... solo soy el acto de apertura para la maestra y las demás.”



Mientras jugueteaba con las puntas plateadas de su cabello, Tiera miró hacia la puerta de donde venía.



Las siguientes en salir fueron Kotone y Filma.



La Kotone de pelo negro y ojos negros era exactamente lo que Shin imaginaba de la palabra sacerdotisa. Sus delicados gestos, combinados con la túnica, daban una impresión perfectamente agraciada.



Por otro lado, la postura de Filma era demasiado orgullosa; ella casi parecía un extranjero haciendo cosplay.



Filma: “¿Cómo me veo? No está mal, ¿verdad?”



Acostumbrados a la armadura habitual de Filma y su gran exposición de piel, Shin y Shibaid pensaron que la túnica de sacerdotisa y su baja proporción de piel expuesta hacían que Filma se viera más seductora.



Shibaid: “Hmm, como dicen, las personas hermosas son hermosas sin importar lo que lleven puesto, pero este es un buen ejemplo. Me da una impresión bastante diferente a la habitual.”

Shin: “Tus colores habituales son rojo y morado, por lo que el Hakama rojo te queda muy bien. Y como dijo Shibaid, hay una brecha curiosa...”



Kotone también preguntó.



Kotone: “Si puedo preguntar también, ¿qué piensas de mí?”

Shin: “Honestamente hablando, sería difícil encontrar otras palabras aparte de ‘te queda bien’... eres exactamente lo que me imagino cuando imagino a una sacerdotisa, ¿sabes?”.



Una hermosa sacerdotisa de pelo y ojos negros. El impacto de su mirada tímida fue inconmensurable.



Mitsuyo: “Estamos aquí también, si te importa.”

Shin: “.... Mitsuyo y Kunitsuna, ¿por qué llevan ropa de sacerdotisa también? Bueno, no, se ven muy bien, por supuesto...”



La atención de Shin había sido ocupada por Filma y Kotone, cuando Mitsuyo y Kunitsuna, que también vestían túnicas de sacerdotisa, lo llamaron por la espalda.



Normalmente llevaban armadura, pero imaginarse diferentes ropas podría permitirles cambiar hasta cierto punto, dijeron. Debido a la ocasión, decidieron usar túnicas de sacerdotisa también.



Tal vez afectadas por los colores de su armadura, las mangas de la túnica de Mitsuyo tenían patrones negros y dorados, mientras que las de Kunitsuna eran rojas y negras.



Kunitsuna: “Pensamos en atraer a sir Shin con nuestros encantos... pero veo que tenemos muchos rivales feroces.”

Mitsuyo: “Cállate. No es como si eso fuera cierto de todos modos.”



Kunitsuna se llevó la mano a las mejillas, parecía preocupada, mientras Mitsuyo hacía un puchero y miraba hacia otro lado. Las Cinco Espadas Supremas eran realmente un tesoro de personalidades fuertes.



Filma: “Oye, Shin. El evento principal está comenzando.”



Filma llamó la atención de Shin. Cuando se volvió, Schnee apareció también.



Schnee también había cambiado de su ropa habitual a una túnica de sacerdotisa; entró caminando tranquilamente a la habitación, su cabello plateado se balanceaba mientras seguía sus movimientos.



Al igual que Tiera y los demás, se había aplicado un poco de maquillaje después de tomar un baño, haciéndola sonreír, una visión normal para Shin, incluso más brillante que de costumbre.



Shin: “…Hermosa.”



Una sola palabra escapó de la boca de Shin.

Podría haber hablado para siempre acumulando palabras de elogio. Pero sintió que todo sería innecesario.

Eso es lo mucho que ella lo había encantado.



Tiera: “Lo sabía... así es como siempre termina.”

Yuzuha: “¡Kuu!”



Junto con las palabras abatidas de Tiera, Shin sintió una sacudida golpeando sus piernas. De vuelta de su trance, Shin miró sus pies y encontró a Yuzuha, con su usual túnica de sacerdotisa, inflando sus mejillas. Todavía estaba pateando a Shin con sus delgadas piernas.



Yuzuha: “¡Yuzuha, ignorada, no es bueno!”



Después de regresar de la mazmorra, Shin había estado ocupado hablando con Kuchinashi y preparándose para las celebraciones, por lo que no había encontrado tiempo para Yuzuha; ella pensó que él había olvidado su promesa.



Su crecimiento también debería haber aumentado su edad mental, pero ahora Yuzuha había vuelto a ser una niña pequeña. Tal vez ella solo estaba actuando más madura.



Yuzuha: “¡Trabajé duro, aquí! ¡Felicítame!”

Shin: “¡Lo siento! Lo siento, ¡así que deja de pegarte a mi cara! ¡No puedo ver al frente!”



Yuzuha, todavía en forma humana, saltó sobre la cabeza de Shin y le cubrió la cara.



Fue un ataque sorpresa usado con habilidades físicas de nivel 600 al máximo. Estando todavía bajo el efecto del encanto de Schnee, Shin no podría haberlo evitado.



Cuando Shin logró sacar a Yuzuha de él, su cabello se había vuelto un desastre.





Shin: “Entonces, esto sucedió.”

Schnee: “Hiciste que ella se quedara atrás mucho últimamente, después de todo. Podrías tratarla especialmente al menos hoy.”



Schnee les sonrió.

El salón de banquetes para la celebración ya estaba lleno de sacerdotisas.



Shin y su grupo fueron conducidos a los asientos de los invitados principales; Yuzuha, todavía en forma humana, tomó posición en su regazo.



Ella sonrió orgullosamente mientras sostenía sus brazos, se rio y habló emocionada. Después de crecer, su rostro inexpresivo aparentemente se había desvanecido por completo.



Kotone. “Que linda, ¿puedo acariciarte?”

Yuzuha: “¡Kuu, puedes! Shin también!”



Su tono era engreído, pero las orejas de zorro en su cabeza se movieron felizmente. Sus movimientos mostraban claramente cómo quería que la acariciaran, haciendo a Yuzuha aún más adorable.



En los asientos principales de los invitados, Shin estaba sentado en el asiento de honor, con Schnee, Tiera, Mitsuyo, Kunitsuna, Filma y Shibaid sentados en el lado izquierdo. Kagerou estaba al lado de Tiera.



En el lado derecho opuesto se sentaron Kotone, Suzune y Kuchinashi.



Los ojos de las sacerdotisas se concentraron en el grupo de Shin: la misteriosa chica zorro acurrucada en el regazo de Shin, entre dos bellezas como Schnee y Kotone, atrajo la mayor atención.



Kuchinashi: “¡Ahora, comencemos!”



Las palabras de Kuchinashi trajeron un silencio total al pasillo. Ella había usado un hechizo de Viento para llevar su voz por todo el lugar.



Los ojos de todos los presentes pasaron de Shin a Kuchinashi.



Kuchinashi: “Estoy segura de que muchas de ustedes ya saben sobre el regreso de Kotone. Ella fue salvada de la mazmorra con la que tuvimos problemas para completar, [Cadaver Realm]. Ahora les presentaré a los aventureros que salvaron a Kotone y completaron la mazmorra.”



La mano de Kuchinashi señaló hacia Shin y sus compañeros.



Como discutieron anteriormente, los miembros que entraron en la mazmorra -Shin, Schnee, Tiera y Mitsuyo- se pusieron de pie. Mientras lo hacían, un estruendoso aplauso llenó la sala.



Shin se sorprendió por la intensidad de los vítores; no esperaba que la respuesta fuera tan grande.



Kuchinashi: “Todo el mundo ya sabe sobre tus proezas en las batallas en Balmel”.

Shin: “Ya veo.”



No era exactamente algo “preparado”, pero aparentemente Kuchinashi ya había dado información a las sacerdotisas. Shin sintió que se había extendido demasiado rápido.



Además, las palabras “Ese es [Slashing Hammer] ...” que a veces llegaban a sus oídos emperraban su mal presentimiento.



Shin: “Ehm, sigo escuchando las palabras [Slashing Hammer]... ¿qué significa eso?”

Kuchinashi: “¿No lo sabes? Es el ‘nuevo’ apodo de Shin. Cortabas a monstruos con armas sin filo, por lo que la gente comenzó a referirse a ti como Shin [Slashing Hammer].

Shin: “Oof...”



Shin sintió un golpe sordo en el estómago, al enterarse de cómo este apodo se había extendido sin su conocimiento. ¿Qué clase de nombre es [Slashing Hammer]? No pudo evitar suspirar para sí mismo.



Kuchinashi: “¡Esta noche celebramos el regreso de Kotone, la conquista de la mazmorra y a estos valientes aventureros!”



Kuchinashi habló de nuevo después de que los aplausos se calmaron.

No hubo más preámbulos; Luego de otro breve aplauso, todos los participantes comenzaron a disfrutar de la comida y bebidas.



Kotone: “Aquí está.”

Shin: “Oh gracias.”



Al darse cuenta de que el vaso de Shin estaba vacío, Kotone levantó una botella de Sake para ofrecerle.

Schnee también estaba prestando atención para servirle, pero como Shin sostenía su vaso con su mano derecha, Kotone estaba más cerca.



Suzune: “¡¿Incluso tienes a mi hermana sirviéndote ...?”

Shin: “¡No lo digas como si yo la forzara a hacerlo!”



Shin no sabía cómo lo veían los demás, pero Kotone lo había atendido por su propia voluntad.



Yuzuha: “¡Shin, dame de comer, dame de comer!”



Completamente ajeno a la guerra entre Kotone y Schnee y las molestias quejas de Suzune, Yuzuha siguió ordenando lo que quería comer.



Shin se sentía mal por dejar sola a Yuzuha a menudo últimamente, por lo que priorizó alimentar a Yuzuha antes de comer a sí mismo.



Shin: “No se puede evitar. ¡Aquí, di aah!”

Yuzuha: “Delicioso ~”



Shin usó un par de palillos y trajo la orden de Yuzuha a su boca. Yuzuha dio un gran mordisco y mostró una gran sonrisa.

Shin tenía hermanos menores en el mundo real; se rio con ironía de la actitud malcriada de Yuzuha, pero siguió sus órdenes al pie de la letra.



Kotone: “Dios mío, qué linda.”



Mirando a Yuzuha alimentado por Shin, Kotone se retorció.



Schnee: “Entonces, supongo que yo alimentare a Shin.”

Shin: “¿Eh?”



Los palillos de Shin estaban ocupados alimentando a Yuzuha. Al ver esto, Schnee usó rápidamente los suyos para recoger comida de un plato y llevarla a la boca de Shin.



Schnee: “Aquí, di aah”.

Shin: “Claro, aah ...”



Schnee lo inicio por sí misma, pero no pudo evitar sonrojarse un poco.



Shin lo notó y se puso nervioso. La comida que ella le había traído, sin embargo, era muy deliciosa.





•••••••••••••••





Filma: “Dios mío, no hay espacio para entrar entre esos tres de allí.”

Shibaid: “Ella podría ser un monstruo, pero parece un niño.”



Mirando a Shin y a quienes lo rodeaban, Filma y Shibaid se rieron y bebieron alegremente.



Como no participaron en la conquista de la mazmorra, se preguntaban si deberían participar en las celebraciones, pero Kuchinashi abrumo sus objeciones, diciendo que son parte del grupo.



Kunitsuna: “¿No irás al lado del señor Shin?”

Filma: “¿Yo? Bueno, incluso si fuera...”



Kunitsuna, que también miraba a Shin, le había preguntado a Filma. Él se había negado a convertirse en su portador, pero como su salvador, ella se dirigió a él con “señor”.



En reacción a su pregunta, Filma inclinó su vaso en sus manos, con una expresión preocupada en su rostro.



Filma: “Schnee y yo, tenemos una postura diferente hacia Shin... sentimos cosas diferentes.”

Kunitsuna: “¿Es eso así? Pensé que conquistar la cima y ser atendido por bellezas era la forma de vida de un caballero. Parece que la dama Schnee y la dama Tiera aman al señor Shin.”

Filma: “Ahaha, cualquiera vería a través de Schnee”.



Tiera tomó otro trago, riendo de todo corazón.



Filma: “Para Tiera, parece demasiado pronto para que se dé cuenta de eso.”

Shibaid: “Las mujeres son más sensibles sobre estas cosas... ¿verdad?”

Kunitsuna: “Mitsuyo y Munechika son un poco aburridas, sin embargo. Su forma de pensar es más similar a la de un hombre.”

Mitsuyo: “¡Oye, Kunitsuna, no insultes tan casualmente!”



Mitsuyo, sentada al lado de Kunitsuna, no podía dejar ir esas palabras sin reaccionar. “Lo sé muy bien”, sus labios enfurruñados expresaron.



Shibaid: “Hmm, como dicen en Hinomoto, tres mujeres juntas hacen un alboroto... Veo que es verdad incluso cuando se trata de armas.”



Mirando a Kunitsuna y Filma burlándose de Mitsuyo, Shibaid susurró esto a sí mismo y se sirvió otro vaso.



Filma: “Ara, ¿no preguntarás por mis sentimientos, Shibaid?”

Shibaid: “Eres un Lord Superior, pero tu corazón es similar a una especie de gato. Incluso si preguntara, no dirías lo que realmente sientes. Somos compañeros bajo el mismo maestro, no necesito ser una mujer para entender eso.”

Filma: “Hmph, entonces eso es lo que me dices, eh”.



Las palabras y la mirada de Shibaid parecían ver a través de Filma; esta vez fue el turno de sus labios de hacer pucheros.



Shibaid: “No hay necesidad de reservas entre nosotros. Lady Kunitsuna, no necesita contener nada con Filma. Ella no es del tipo que se preocupe por cosas así, así que habla con ella libremente.”

Kunitsuna: “Haré lo que dices, entonces.”

Shibaid: “Pero déjame agregar una cosa. Escuché que le pediste a Shin que se convirtiera en tu maestro, pero te digo que aun si nos lo pides a nosotros, obtendrás el mismo resultado. Porque hemos recibido nuestras armas de Shin.”



Shibaid había escuchado sobre eso de Schnee, así que se aseguró de que Kunitsuna dejara ir esos pensamientos. Como Shin había dicho, Shibaid y los demás tenían más que suficiente habilidad para empuñar a Kunitsuna.



Kunitsuna: “Oh, ¿descubriste a lo que estaba apuntando? El señor Shin tiene una profundidad insondable, pero lo mismo se puede decir de todos ustedes. Puede ser algo extraño para decir, pero, la dama Schnee incluida, siento que todos superan los límites de fuerza que un individuo puede esperar alcanzar.”

Shibaid: “Eso es parte de servir a un Humano Superior. No perderemos ante ningún guerrero promedio.”

Filma: “Verdaderamente. Si el maestro da la orden, el sirviente necesita el poder para derrotar incluso a una bestia divina.”



A pesar de su tono juguetón, el discurso de Kunitsuna era serio; Filma y Shibaid dieron sus respuestas, cada una con una atmósfera ligeramente diferente.



Solo Mitsuyo, que se había quedado con ellos por un tiempo determinado y estaba siguiendo su intercambio, notó este pequeño cambio.



Mitsuyo: “Kunitsuna, suficiente con tus bromas.”

Kunitsuna: “Lo sé. No iré más lejos. Me disculpo, me temo que he sobrepasado mis límites.”

Shibaid: “No te preocupes. Esto pasaba mucho a menudo en el pasado.”



En el período en que las capacidades de los Humanos Superiores aún se desconocían, la cantidad de jugadores imprudentes que enfrentaron a Shin para probar su fuerza no era pequeña.



Como Shibaid y Filma estuvieron con él durante tales batallas también, eran sensibles a las miradas de quiénes quería estimar su fuerza.



En el caso de Kunitsuna, sintieron que ella también era cautelosa con ellos, por lo que liberaron parte de la presión que mantenían reprimida.



Shibaid: “Estamos aquí para celebrar. Disfrutemos el resto del banquete.”



Todos asintieron a las palabras de Shibaid.

Olvidando el paso del tiempo, todos los presentes disfrutaron de la fiesta.



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Notas

Katana: Espada estilo japonés