Sendai Yuusha wa Inkyou Shitai


Capítulo 9: Guerra de palabras, guerra de miradas asesinas



Fecha de Publicación: 2019-05-13 19:49:29

Fecha de Actualización: 2019-05-13 19:49:29

Publicado por: drakaurs


Sylvia: “…… Fumu, este es un buen té.”



Habiendo golpeado duro con una visita sin cita previa al Señor Feudal de Galarie, a la mansión de Zeke Oisast, Sylvia bebió el té negro que estaba destinado a los visitantes, y dijo eso.



No, sería una imagen realmente genial pero, habiendo intervenido con una brusquedad en el nivel de asalto a la hora de la cena, ¿no es tu actitud demasiado altanera?



Iibsal: “Aunque prefiero el alcohol. Bueno, supongo que lo soportaré”.



En cuanto a ti, ya no está en el nivel de ser llamado actitud, Iibsal. Solo eres descarado, ¡idiota!



Sylvia: “¿Qué tal si tú tomas asiento, Yuu?”



En esta sala que estaba preparada para recibir a los huéspedes, había muebles y varios artículos que parecían caros solo con mirarlos. Tanto Sylvia como Iibsal estaban sentados en sofás de aspecto caro.



Yuu: “Lo siento, pero he decidido no sentarme en sillas que luzcan más caras que mi propia ropa”.



Lo decidí justo ahora.



Sylvia: “Hmph. Solo ese tipo de cosas tontas salen de tu boca”.



Sylvia me miró con desprecio. Pero, dado que no daba miedo su mirada, no tenía sentido preocuparse. Más bien, un sentimiento de que estaba a punto de hacer puchero brotaba de ella.



Yuu: “Sin embargo, Sylvia, esta vez, has hecho algo bastante irrazonable. ¿Realmente teníamos que venir aquí con tanta prisa?”



Cuando pregunté eso, Sylvia reajustó sus piernas.



Yuu: “Zeke Oisast, ¿verdad? Ciertamente, si se trata del Señor Feudal, él probablemente sabría el paradero de Kaito... De los Héroes en esta ciudad. ...... Pero, es difícil creer que utilizarías tu influencia política solo por esa razón......”



Sylvia Loto Sheriotto Leezelion.

La chica a la que se llamó una vez la Princesa Caballero, cuyo orgullo era más alto que el de cualquier otra persona, tenía una parte de ella que odiaba la idea de ejercer “influencia política”.

El hecho de que su hermana mayor, a quien ella admiraba, Olivia, tenía una personalidad amable que no estaba relacionada con la influencia política, era un motivo importante, pero también era porque ella misma prefería agitar su espada en lugar de usar su influencia política.



Quería permanecer como un simple caballero, y no como un miembro de la realeza. Ella era una mujer que pensaba así.



Es por eso que Iibsal se sorprendió por Sylvia, que utilizó la su influencia política para entrar a la fuerza en la mansión del Señor Feudal.



Sylvia: “…… No hay ninguna razón significativa.”



Diciendo eso, Sylvia se llevó la taza de té negro a la boca una vez más.



Yuu: “Nada significativo, ──”



Estaba a punto de presionarla sobre su actitud que parecía estar ocultando algo, pero Iibsal me detuvo.



Iibsal: “Un rey es una existencia aislada, o eso dicen.”



Después de beber el té negro como si se lo tragara, Iibsal sonrió audazmente.



Iibsal: “¿Qué quieres decir con eso?”



Cuando pregunte eso, Iibsal bajo la taza.



Iibsal: “Leezelion es un gran e importante país en este continente que rivaliza con Valanshel. Y luego, Sylvia es la emperatriz de Leezelion. ...... Ella no puede ser ignorada por un poder menor como Galarie, Yuu”.



Iibsal tenía un tono de voz que parecía advertirme. Con eso, finalmente quede convencido.

En otras palabras, haberla ignorado durante dos días a pesar de ser una invitada fue un acto inmensamente grosero con el líder de una gran potencia.

Y así, ese tipo de cosas podrían convertirse en un problema diplomático.



Yuu: “Es por eso que también estás actuando de manera grosera, para llegar a dejar claro eso... ¿verdad?”

Iibsal: “Correcto. Y luego, para ir aún más lejos, le da a todo esto un significado de ‘Estoy en igualdad de términos contigo’”.



Hooo, esa Sylvia, nunca pensé que ella había pensado tan lejos.

Como debería decir esto, tiene la sensación de que la Emperatriz se ha acercado al escenario.



Sylvia: “Explicando algo tan innecesario……”



Sylvia dirigió una aguda mirada hacia Iibsal. En cuanto a Iibsal, expresó una sonrisa que parecía tener mucha compostura mientras se le miraba.

Al adoptar este tipo de actitud cerca del gobernante de un país, ¿ser que el corazón de Iibsal está creciendo?



Yuu: “¿Nn?”



Con un * kotsu kotsu *, el sonido de pasos golpeando el piso en un intervalo fijo llegó a mis oídos.



Yuu: “Parece que ha llegado.”



Al mismo tiempo, Sylvia colocó su taza sobre la mesa, la puerta de la habitación se abrió.



Oisast: “Me disculpo por hacerla esperar, su Majestad”.



El que entró en la habitación era un hombre alto que tenía unos treinta años. Tenía el pelo negro opaco y ojos color amatista.

Vestía camisa y pantalones, un chaleco delgado en la parte superior de la camisa, eran prendas que parecían facilitar el movimiento.



Sylvia: “No me importa. Debería disculparme también, lo he importunado con mi repentina visita después de todo”.



En respuesta al hombre que hizo una disculpa, Sylvia se puso de pie y le respondió mientras hacía su voz firme. Ya veo, así que esta es Sylvia cuando está interactuando con otros.



Oisast: “Qué está diciendo. Que su Majestad se presente aquí por si misma a pesar de haber sido nosotros quienes la invitamos es……”

Sylvia: “Está bien. Señor, creo entender lo ocupado que está”.

Oisast: “Gracias por sus amables palabras.”



Dicho esto, Sylvia y el señor feudal se sentaron en los sofás.



Sylvia: “Ahora, Señor, ¿le importa si cambio el tema?”



En el momento en que finalizó la batalla de disculpas, cuando Sylvia preguntó que con una voz que había bajado varios tonos, el Señor del Señor Feudal, cuyas cejas tenían la forma de un ocho hasta hace un momento, dirigió una mirada aguda a Sylvia.



Oisast: “No me importa, pero... Antes de eso, ¿puedo escuchar acerca de las personas que la acompañan?”



Con un gesto, el Señor feudal me miró a mí y a Iibsal. En el momento en que esa mirada aguda se volvió hacia mí…



Oisast: “¡Nowah! Oi oi, ¿qué estás haciendo de repente, jovencito?”

Yuu: “......”



Saqué mi Espada mágica de la bolsa dimensional y la Espada mágica salió de su vaina.

Con esos ojos que se parecían a los de un halcón y estaban llenos de sed de sangre girados hacia mí, mi cuerpo reaccionó por sí solo.



Oisast: “Hou....... Así que a quien debería vigilar no es el príncipe heredero, sino al hombre vestido de negro, ¿verdad?”



Levantando las comisuras de su boca, el señor feudal hizo una sonrisa irónica.



Sylvia: “Ayudaría mucho si no lo provoca demasiado. Tampoco tengo intenciones de provocarle problemas, Señor.”

Oisast: “Eso parece. ...... Así que eres el ‘Ejecutor Oscuro’ que estuvo en aquel campo de batalla. Ya veo, dicen que el nombre expresa la naturaleza del individuo, pero esta es la primera vez que experimento estar a punto de ser asesinado sin que exista sed de sangre”.



El hombre se acarició el cuello mientras sonreía irónicamente, desvió su mirada de mí y se dirigió a Iibsal.



Oisast: “Tampoco habría imaginado que el Príncipe Heredero de Valanshel vendría aquí junto con la Emperatriz de Leezelion, como se esperaba, no pude prever esto”.

Iibsal: “Jaja, yo tampoco. Bueno, esta vez es especial. Porque esta vez, nos reunimos bajo un amigo común”.

Oisast: “Hou……”

Yuu: “……”



Mi mirada se superpuso con la mirada del Señor Feudal de nuevo. Esta vez, no había ninguna sed de sangre, y era solo una mirada que parecía estar midiéndome.



Sylvia: “Déjame preguntarle esto sin andar por las ramas, Lord Oisast. Me gustaría que me dijera dónde están los Héroes en este momento.”



Tal vez porque la historia se había desviado, Sylvia interrumpió la conversación y le contó sus asuntos aquí. Al recibir eso, el señor feudal frunció el ceño.



Oisast: “Ciertamente conozco esa información. Pero, ¿qué harás después de saber eso? Además, incluso si no te lo digo, estaría bien si solo preparo un lugar para ti”.

Sylvia: “No es algo tan valioso como para que metas un cabeza en el asunto....... De todos modos supongo que no estarías de acuerdo, incluso si te lo dijera. Te responderé honestamente. No deseo que tú, el Señor de este lugar, se entrometa en nuestros asuntos”.

Oisast: “Bien, entonces, quieres que te diga el lugar donde se alojan los Héroes y también que no me interponga en sus asuntos, ¿es eso? ¿No es eso un trato de un solo lado?”



El aire entre Sylvia y el Señor Feudal se había enfriado lo suficiente como para dar la ilusión de que se había congelado. Al ver eso, realmente quería que un poco de la audacia de Iibsal, quien había puesto una sonrisa, fuera transmitida a mí.



Más bien, en serio, quien diablos es este Ossan de mediana edad. Puede tener una guerra de palabras con una Sylvia quien está dejando salir esa sed de sangre... ¿Es este el poder de un héroe que sobrevivió a la Guerra de los Diez Años?



Sylvia: “Qué estás tratando de decir… No, ¿qué es lo que quieres?”

Oisast: “Nada significativo....... Así es, me falta un participante para la Demostración de Artes Marciales. Si el ‘Ejecutor Oscuro’ de allí sirviera como el reemplazo del participante, pagaría encantado con un poco de información”.



El señor feudal me miró con los ojos de un halcón e hizo una pequeña sonrisa.


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